Las tendencia de las rutinas cosméticas tiende ahora a simplicarse para centrarse en objetivos concretos como reforzar la función barrera de la piel. En este nuevo paradigma de la cosmética, los probióticos y loa prebióticos han dado lugar a la llamada belleza fermentada.
¿QUÉ ES LA FERMENTACIÓN?
La fermentación es un proceso utilizado tradicionalmente en la gastronómia desde hace siglos.
La fermentación es la transformación que sufren ciertos materiales orgánicos bajo la acción de encimas secretadas por microorganismos. En cósmetica, estas encimas inducen la descomposición del material original para transformarlos en componentes mucho más potentes con el objetivo de multiplicar las bacterias buenas y además, al descomponerse, se reduce el tamaño de las moléculas facilitando la penetración en las capas más profundas de la piel. También aumenta la concentración y la potencia de los activos, ya que al ser moléculas más pequeñas, están más concentradas. Entre los activos resultantes están los aminoácidos, péptidos, probióticos, ácidos orgánicos y antioxidantes.
Por otro lado, las sustancias que se producen durante la fermentación son muy estables y permiten reducir el uso de conservantes sin afectar a la vida últil del cosmético, por lo que son muy aconsejables para las pieles sensibles y reactivas. Pese a que se trata de un proceso natural, estos cosméticos tienen una caducidad más larga y pueden durar hasta 30 meses.